Dando un paseo por Madrid me llamó la atención un objeto extraño en la acera, tan extraño que me hizo girar dos veces la cabeza para asegurarme de lo que había visto (como un «Hola qué tal»). Y que vieron mis ojos un cargador para coches eléctricos!! Pues nada esperemos que empiecen a surgir como champiñones por nuestras calles y podamos ir reduciendo la dependencia del petróleo.